viernes, 3 de diciembre de 2010

MI AVENTURA DE SER MAESTRO

Es un gusto compartir con ustedes mi aventura de ser maestro:
Yo creo que cada uno de nosotros enfrentamos problemas similares como no ser egresados de la normal, y si lo eres, el cómo enseñar a alumnos con diferentes formas de aprender, de pensar , de actuar, de sentir, de vivir, etc., así como con diferentes situaciones económicas, familiares, de ideales; en fin tenemos un mundo de alumnos a los que debemos saberles llegar y lograr que se apropien del conocimiento para lograr desarrollar competencias que los lleven a realizarse como individuo perteneciente a una sociedad en constante cambio.
Y eso lo podemos lograr  apoyándonos en la gente con mayor experiencia, actualizandonos como lo estamos haciendo ahora, buscando nuevas estrategias que no ayuden a lograr esa movilización de saberes en situaciones diferentes porque vemos con tristeza que a muy pocos docentes les gusta innovar, saber más, aprender día a día dentro de nuestros salones de clases junto con nuestros alumnos, el saber gozar con lo que hacemos, el disfrutar nuestro trabajo al máximo; porque no olvidemos que cuando no se ama lo vivido es pérdida de tiempo y sería mejor dedicarse a otra cosa que si te llene como ser humano y te haga sentir realizado, y que no pienses que es  solo pérdida de tiempo o que solo estas ahí porque no te quedo de otra como nos hace reflexionar Emilio al cuestionarnos si somos docentes por vocación, buen cuestionamiento para analizarnos de manera profunda y renovar esa vocación que nos hace crecer día a día junto con nuestros alumnos y aprender nuevos conocimientos para ser capaces de lograr las metas y objetivos planteados.
Si todos los docentes pudieran hacerse en estos momentos este análisis de reflexión tal vez lograríamos que retomaran fuerzas y ganas para mejorar su labor docente en todos los aspectos, porque no olvidemos que cada uno de nosotros aporta un granito de arena en la formación de los jóvenes del futuro. Qué gran verdad nos muestra José M. Esteve, al recordarnos que nadie nos enseño a ser profesores y de cuánto hemos aprendido a base de ensayo y error lo que nos ha hecho llegar hasta el punto donde nos encontramos actualmente y en donde cada uno de nosotros debe reflexionar sobre nuestras carencias que debemos reforzar. Y que bonito es sentir esa libertad y esa alegría de la que nos habla Esteve, porque sería una mentirota decir que nadie paso por la experiencia de los primeros días como docente y que tal ahora que ya nos damos el lujo de perfeccionar o implementar nuevas técnicas al explicar un tema sin necesidad de seguir el programa con puntos y comas como al principio, sino con esa confianza de nosotros mismos al saber que puedes modificar y cambiar contenidos para salir de la rutina, sintiéndonos  útiles  y valorados.
Recordemos que nuestras escuelas son como nuestras segundas casas porque es donde vamos a aprender, compartimos tiempo, espacio, afecto, donde siempre hay alguien que te sorprenderte, donde nos divertimos y se nos abre la mente y nos enriquecemos unos a otros, haciendo nuestra vida mágica y placentera.
Cuando logramos crear esa inquietud por aprender en nuestros alumnos, motivando su curiosidad, pero basándonos  en  los valores, que tanta falta nos hacen retomar, nos damos cuenta que el ser maestro de humanidad es maravilloso.
No nos olvidemos de vivir nuestra propia aventura y de lograr enganchar a tantos alumnos como podamos, sintiendo esa inmensa  alegría por hacer lo que te gusta y saber  que realmente eres útil en la enseñanza.
                Hoy tengo un gran objetivo en mi vida quiero llegar a ser un gran maestro de humanidad ya que considero que es un punto clave para tener buenos resultados.
Me sentí identificada en ese comentario de no ser maestra normalista, pero con la firme convicción de que si me he esforzado por ser cada día mejor, me he preparado para enfrentar  y superar mis deficiencias  y he logrado miles de satisfacciones en mi trabajo como docente.
Sé que me falta un largo camino por recorrer y que a lo largo de este surgirán nuevas tendencias,  mismas a las que me enfrentaré con una formación continua, con la alegría que me caracteriza y con esa vocación que me enorgullece de poder servirle a los demás.
Nunca hay que perder de vista este elemento central, el estar al servicio del aprendizaje de los alumnos nos hace unos docentes competentes para la vida.
Si  mi vocación es considerada una obra de misericordia, agradezco a Dios por haberme puesto en el camino de la docencia  y dejarme encariñarme tanto con mi profesión, ahora solo dependerá de mi el gran reto de lograr un gran sentido de la humanidad.
                                                
“Yo si puedo decir con gran orgullo, he hecho lo que quería hacer, y estoy donde quería estar”


3 comentarios:

  1. Hola: Vero.
    Ser docente sin tener el Perfil no nos hace menos,hoy puedo asegurar que somos docentes por vocación, puesto que continuamos nuestra formación docente comprometiéndonos con el mejoramiento académico de nuestros alumnos.

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  2. Hola compañera Vero.

    Estoy de acuerdo y comparto contigo, ser maestro es lo mejor que puede existir, que bueno que te sientas orgullosa de ser docente, ya que se requiere de un gran compromiso y responsabilidad, se quiere de una gran vocación y amor por la docencia para poder lograr trasmitir los conocimientos y así poder crear aprendizajes significativos y duraderos en nuestros alumnos.

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